
La presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, está cuestionada por la contratación en su despacho de un exmodelo, sin grado académico registrado en la SUNEDU, por un sueldo bruto de 6300 soles mensuales, de acuerdo a la investigación del portal El Foco.
Sin embargo, mientras brinda este envidiado puesto de trabajo a un amigo de la universidad, plantea una reducción de derechos laborales a los demás trabajadores peruanos, mediante proyectos de ley que beneficia los intereses de la CONFIEP.
La poca incidencia del gobierno en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores agudiza la precariedad laboral. En ese sentido, el anuncio del presidente de la República, Pedro Castillo, de aumentar la remuneración mínima vital de 930 a 1000 soles, es una respuesta tibia a la postura proempresarial de la presidenta del Congreso.
Debemos decir, con desencanto, que este anuncio sigue el patrón de los anteriores gobiernos: el aumento del salario se utiliza por los presidentes de turno en momentos difíciles y no se acerca en lo mínimo para cubrir la canasta básica familiar, tal como demandan millones de trabajadores. Gran paso fue en su inicio la propuesta del Ministerio de Trabajo que hizo suya en su Agenda 19 las propuestas de la CGTP en materia laboral. Eso debe continuar.
También saludamos la propuesta de la presidenta de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso de la República, Isabel Cortez, de incluir la hora de refrigerio como parte del horario de trabajo. Es una propuesta interesante, acorde con la realidad de los trabajadores, quienes deben permanecer en el trabajo durante esas horas y que, además, dejan de tres a cinco horas de su vida en el deficiente transporte peruano.
En este contexto, la CGTP salió nuevamente a las calles el pasado 12 de noviembre en una contundente segunda movilización en rechazo del paquetazo laboral de la Sra. Alva y la CONFIEP, y lo ha hecho durante los días preparativos para su XV Congreso Nacional Ordinario, que se realizará del 16 al 19 de noviembre, lo cual demuestra que mantiene su capacidad de lucha intacta a sus 92 años de fundación. De este congreso, los trabajadores saldremos más fortalecidos y con una agenda de lucha en defensa de los asalariados peruanos.